Sunday, November 20, 2011

PANORAMA DE LA NOVELA s. XX

La narrativa española de los 40: el realismo tremendista


Autores

Camilo José Cela Considerado el iniciador del tremendismo (La familia de Pascual Duarte, (1942). Esta obra fue el gran acontecimiento novelístico de la posguerra, debido, en gran parte, al vacío existente. Se trata de un experimento violento y amargo. La novela ilustra una concepción del hombre: criatura arrastrada por la doble presión de la herencia y del medio social. Pascual es un infeliz que casi no tiene otro remedio que ser, una y otra vez, un criminal. Cela , en esta obra, se revela ya como un hábil constructor del relato y un magistral prosista. Destaca por su manejo de los recursos lingüísticos, por el uso de léxico rural, por la fuerza de sus descripciones, por la maestría de los retratos...

Carmen Laforet: Nada (1945) es su principal novela; es la historia de una muchacha que ha ido a estudiar a Barcelona, donde vive con sus familiares en un ambiente sórdido de mezquindad, de histeria, de ilusiones fracasadas, de vacío, rodeada de personas desquiciadas por la guerra, y que al acabar el curso viaja a Madrid "sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor". Por primera vez tras la guerra, una parcela irrespirable de la realidad contemporánea, de lo cotidiano, quedaba recogida implacablemente con un estilo desnudo, de trazo firme y con un tono desesperantemente triste.

Miguel Delibes es considerado como el máximo representante del realismo intimista. Nos habla de tristeza y frustración en La sombra del ciprés es alargada (Premio Nadal, 1947), pero les opone una resignación religiosa. es una novela con gran preocupación humano-psicológica, bellas descripciones del paisaje y estilo expresivo en los diálogos.
Otros autores destacados son Antonio de Zunzunegui, Rafael García Serrano, G.Torrente Ballester o Ignacio Agustí.


La narrativa española de los 50: el realismo social

Autores

CAMILO JOSÉ CELA. En La Colmena (1951), retrato fiel -aunque incompleto- de una tristísima realidad presidida por el sexo, el hambre y el miedo, como tres dioses implacables, comparece el Madrid de los cuarenta a través de un nutrido censo de personajes (160), sin que ninguno posea entidad de protagonista. Cela es el novelista omnisciente que crea y manipula a su antojo seres y situaciones; los personajes se retratan hablando, pero el autor contribuye con palabras propias: no es una actitud conductista; el humor y una ternura soterrada se lo impiden. La novela está en el límite entre lo existencial y lo social, pero como claro precursor de la novela social de los cincuenta, aporta "tres notas estructurales: la concentración del tiempo, la reducción del espacio y la protagonización colectiva"(Sobejano).

MIGUEL DELIBES. El camino (1950), Las Ratas (1962) o Mi idolatrado hijo Sisí (1953) son obras de este periodo; las dos primeras de ambiente rural; la tercera narra la vida de las costumbres y la mentalidad de la burguesía provinciana. Caracterizan a Delibes unas dotes excepcionales de narrador, una insuperable capacidad para reflejar tipos y ambientes y un seguro dominio del idioma, que le permite acertar en los más variados registros, sobre todo en la autenticidad del habla popular.

JUAN GOYTISOLO. Está considerado por la crítica como el escritor más importante de la generación nueva por la amplitud y significación de su obra (Sanz Villanueva); es el portaestandarte del realismo crítico, pero su evolución le ha llevado hasta una nueva vanguardia narrativa. La crítica ha distinguido en él tres periodos:
-Tiene un primer periodo de interpretación poética de la realidad: Juegos de Manos, 1954 (despiadada visión de la juventud burguesa); Duelo en el Paraíso, 1955 (sobre unos niños que, influidos por las circunstancias bélicas, juegan a la guerra). En ella destacan unos evidentes impulsos líricos que el autor reprimirá para conseguir un realismo más estricto.
-A continuación, una postura crítico-social (La Resaca, 1958, novela, o Campos de Níjar, libro de viaje).
-Por último, en una tercera fase intenta dar una visión global del ser de España (cultura, religión, tradición). Esta etapa se inicia con Señas de identidad (1966).
Esta evolución se produce debido a la constante autoexigencia del autor, que le ha llevado a sorprendentes cambios tanto en la temática de sus obras como en la técnica, en la realización artística de las mismas. Ha pasado desde el más puro testimonialismo, seco y austero hasta la renovación más audaz.

RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO. El Jarama está considerada como la más clara representante novela del conductismo (aunque esta opinión también es puesta en duda por algunos). La novela carece de protagonista; se cuenta un día de ocio de unos jóvenes. Posee escaso interés argumental: salvo el triste incidente final, apenas pasa nada: los personajes charlan, se divierten, comen, se aburren...; carece incluso de tema. El autor se limita a transcribir los distintos momentos de aquel día con una precisión desusada. Y todo esto nos hace entrar en un penoso aunque no siempre bien advertido drama de nuestro tiempo: la alienación de la vida cotidiana, reflejada en la alegre insustancialidad de aquellos jóvenes; su vacío, su vulgaridad.
En la novela domina casi por completo el diálogo. En la parte descriptiva aflora un escritor muy cuidadoso que puebla el relato de imágenes, comparaciones... y que interpreta los hechos, por lo que desaparece el conductismo puro.
El Jarama presenta una acertada configuración del personaje colectivo, una técnica cinematográfica y una transcripción eficaz del lenguaje hablado coloquial, pero bastante elaborado. También destaca la cuidadosa estructuración: alternancia de dos centros generacionales: orillas del Jarama y la venta; al final se funden en una (la venta) salvo el episodio de la muerte de Lucita.
La obra posee un significado simbólico: oposición mundo joven-mundo adulto, aburguesado y conformista. Los que no se acomodan pierden a uno de ellos (los jóvenes que se quedan en la orilla).También ha sido destacada la condensación del tiempo: toda la novela abarca dieciséis horas.



La renovación de las técnicas narrativas en los años 60: la superación del realismo

Autores

JUAN MARSÉ. En 1966 publica Últimas tardes con Teresa. Es una obra aún de contenido social: crítica de la burguesía catalana, representada en este caso por la juventud universitaria. Con Si te dicen que caí (1973) completó su amarga visión de la posguerra barcelonesa, en los barrios pobres de la ciudad.

Juan Benet se consagra como creador de un vasto ciclo novelesco localizado en el espacio mítico de Región. En opinión de Ángel Basanta, "desde Volverás a Región (1967) y Una meditación (1970) hasta Saúl ante Samuel (1980), que en muchos aspectos constituye la culminación de la saga regionata, la narrativa de Benet, considerada por algunos como paradigma de la modernidad, es un intento de comprender la ruina y la soledad de unos lugares y unas gentes perfilados como una alegoría de la España contemporánea y de su historia". Benet rechaza toda imitación de la realidad y se dedica, en su incesante renovación formal, a la destrucción de los elementos tradicionales del relato (acción, personajes, espacio, tiempo...).

CAMILO JOSÉ CELA. San Camilo, 36 (1969) es un ininterrumpido monólogo interior escrito en segunda persona autoreflexiva, situado en Madrid en los días de inicio de la Guerra Civil. Sólo se recoge lo más sórdido y obscuro: la violencia, la deformidad y, sobre todo, el sexo. En la obra se encuentran tres grandes unidades: la vida nocturna de Madrid, con abundantes situaciones sexuales; pesadillas y monstruos subjetivos en estado de formación (se está gestando algo horrible) y el nacimiento de esos monstruos (que simbolizan el odio y la Guerra Civil que estalla en esos momentos). Oficio de Tinieblas 5 continúa en esta línea de innovación.

MIGUEL DELIBES llega a la cumbre de su narrativa con Cinco horas con Mario (1966), obra formada por una introducción y una conclusión que enmarcan un largo monólogo interior de una mujer que vela a su marido recién fallecido. Dos sentimientos se debaten en su interior: la culpabilidad por un adulterio (deseado pero no cometido) y la frustración, porque considera que su marido la ha postergado injustamente. En opinión de A. Basanta, "se consigue reflejar el tradicional enfrentamiento entre las dos Españas, en este caso representadas por un honrado intelectual liberal y su esposa, quien, desde su ideología y conducta conservadora, dirige a su difunto marido un largo soliloquio lleno de reproches acerca de todos los asuntos en los que ambos no pudieron entenderse".

JUAN GOYTISOLO se une a este nuevo rumbo de la novela con Señas de identidad (1966). Su estructura es muy compleja; en ella se dan todas las innovaciones posibles: cambios de punto de vista, disertaciones, monólogos interiores, textos periodísticos, de folletos turísticos, de informes policiales; frases en francés, alemán o inglés; ruptura de la línea y escritura en versículos; páginas enteras sin signos de puntuación; superposiciones y entrecruzamientos de planos temporales distintos... Todo ello posee una motivación clara: la búsqueda del personaje-autor de su propia identidad y, a la vez, revisión del pasado nacional: de su historia, su cultura, sus tradiciones. Esta línea continúa en Reivindicación del conde don Julián (1970) y Juan sin Tierra (1975), formando la trilogía de "La destrucción de la España sagrada".

GONZALO TORRENTE BALLESTER alcanza la fama con La saga/fuga de J.B. (1972), en la cual se lleva a cabo la parodia de la novela experimental y la recuperación del arte de contar historias en la novela. "Como Cervantes en el Quijote, Torrente logró en La saga/fuga una original síntesis de realismo y fantasía, restaurando así el pacto narrativo con el lector, alejado de tanto discurso carente de interés" (Basanta).
José Bastida es el protagonista; siempre tuvo deseos de ser otro. Aprovecha una invitación para asistir a una grotesca Tabla Redonda que existe en la ciudad de la que es maestro (Castroforte del Baralla); es convocado porque conocía muy bien la ciudad y la historia de los Jota Be; el profesor desata su imaginación y va venciendo con sus invenciones a las personalidades más ilustres de Castroforte.

LUIS MARTÍN SANTOS. La principal novedad en Tiempo de Silencio no está en los temas (frecuentes en la narrativa de su época: la vida de los pobres y de las clases medias, la fisonomía de la ciudad, la abulia de las gentes), los personajes o el argumento. Está en el nuevo planteamiento discursivo propuesto por su autor, en el uso de técnicas narrativas innovadoras (frente a la escasez de recursos de la novela social), siempre puestas al servicio de una intencionalidad crítica. La novela de los años anteriores se preocupaba cada vez más por el contenido, olvidando o relegando a un segundo plano las técnicas, los aspectos formales. Contra esto reacciona M.Santos. Así, conectamos con los novelistas intelectuales del Novecentismo (Pérez de Ayala). El relato se ofrece a un lector que debe interpretar los hechos y extraer sus conclusiones personales. Estamos ante un texto libre dirigido a un lector libre, activo.
Martín Santos es deudor, en gran medida, de la obra de Joyce, Ulysses, punto de partida real para la composición de Tiempo de Silencio.
Martín Santos continúa la revolución narrativa iniciada por Joyce, aunque con intención diferente, y por otros caminos. MARTÍN SANTOS acude al empleo de una variada gama de voces y puntos de vista. En el relato aparecen las tres personas narrativas; el enfoque objetivo alterna con el subjetivo. Son escasos los capítulos donde no se da la narración omnisciente que permite al narrador, además de contar, enjuiciar los hechos.



La novela española actual (1976-2004)

.Goytisolo
.Marsé
.Martín Santos
. Vaz de Soto
.Ramón J. Sender
.Francisco Ayala
.Rosa Chacel
.Cela
.Delibes
.Torrente
.Goytisolo
. Marsé
.José Mª Guelbenzu
.Vázquez Montalbán
.E. Mendoza
. Rosa Montero
.Jesús Ferrero
.Justo Navarro
. Julio Llamazares
.Antonio Muñoz Molina


La metanovela.

-Fragmentos de apocalipsis (1977) de G.T.Ballester
-Novela de Andrés Choz (1976), de José María Merino.
-Fabián (1977), de Vaz de Soto.
-Papel Mojado (1983); El desorden de tu nombre (1988), de J.José Millás.
- Larva (1983) y Poundemonium (1988) de Julián Ríos

Novelas poemáticas o novelas líricas.
-La isla de los jacintos cortados, (1980) de G.T.Ballester.
-Mazurca para dos muertos (1983), de Cela.
-Los santos inocentes (1981), de Delibes.
-Makbara (1980) y Las virtudes del pájaro solitario (1988), de Goytisolo.
-La lluvia amarilla (1988), de Julio Llamazares. Su última novela es Escenas de cine mudo (1994).
-Madera de Boj (1999) de Camilo José Cela.

Novela histórica
Edad Media: -En busca del unicornio (1987),Juan Eslava Galán.
-El manuscrito carmesí (1990), de Antonio Gala.
Siglo de Oro -Extramuros, (1978), de Jesús Fernández Santos.
Siglo XX -Octubre, Octubre (1981), de José Luis Sampedro;
-La verdad sobre el caso Savolta (1975)
-La ciudad de los prodigios (1986), de Eduardo Mendoza.
Guerra Civil -Beatus ille de Muñoz Molina.
-Herrumbrosas lanzas (1983-86) de Juan Benet.
-Jinetes del alba, de Jesús Fernández Santos.


Novela de intriga
Enorme popularidad ha alcanzado Arturo Pérez Reverte desde la publicación de El maestro de esgrima (1988), a la que han seguido El club Dumas, La tabla de Flandes o Territorio comanche (1994), inspirada esta última en los conflictos de la ex-Yugoslavia. En 1995 publica La piel del tambor, obra ambientada en Sevilla, lugar en el que un sacerdote enviado desde El Vaticano, debe investigar unos misteriosos crímenes que suceden en una Iglesia casi en ruinas, "una iglesia que mata para defenderse". Es una obra bastante tópica en cuanto a su ambientación: al parecer, en Sevilla sólo hay gitanas, toreros frustrados, curas y gentes de la alta nobleza. En 1996 publica El Capitán Alatriste, historia de un soldado en la España barroca. Se concibe como la primera de una serie de ocho novelas con los mismos protagonistas; la segunda entrega (Limpieza de sangre) se publica en 1997 y la tercera (El sol de Breda) para la campaña navideña del 98-99. En el 2000 publica, primero en internet y después en "soporte tradicional", El oro del rey. El valor fundamental de Pérez Reverte reside en su habilidad para dosificar la intriga; estilísticamente son obras pobres, de escaso valor, donde prima la trama sobre cualquier otra cosa.

No comments:

Post a Comment